El mundo de los acuarios de peces ornamentales puede parecer intimidante al principio, pero en realidad es un pasatiempo relajante, gratificante y visualmente atractivo. Un acuario con filtro interno es una excelente opción para principiantes debido a su facilidad de instalación y mantenimiento relativamente bajo. Esta guía proporciona una exploración detallada del cuidado de un acuario con filtro interno, cubriendo desde la elección del equipo hasta el mantenimiento regular y la creación de un ecosistema equilibrado para los peces. Si estás pensando en iniciar tu aventura acuática, este artículo es el punto de partida ideal.
Elige el Acuario y el Filtro Interno Adecuado
La selección del acuario y el filtro interno es el primer y crucial paso. El tamaño del acuario impacta directamente la estabilidad del ecosistema y el tamaño de los peces que puedes albergar. Un acuario más grande ofrece mayor dilución de los desechos y permite una mayor variedad de especies. Para principiantes, un acuario de entre 40 y 80 litros suele ser ideal, ya que facilita la gestión de parámetros y la observación de los habitantes.

La elección del filtro interno es igualmente importante. Estos filtros se sumergen en el agua y utilizan esponjas u otros medios filtrantes para remover partículas y productos tóxicos. La capacidad de filtrado del filtro debe estar en consonancia con el volumen del acuario; generalmente, se recomienda una capacidad de filtrado de al menos 3-5 veces el volumen del acuario por hora. Investiga diferentes marcas y modelos, leyendo reseñas y comparando características como la facilidad de limpieza y la eficiencia filtrante.
Finalmente, considera la ubicación del acuario. Debe estar en un lugar estable, lejos de la luz solar directa y corrientes de aire, sobre una superficie nivelada y lo suficientemente resistente para soportar el peso del agua, el sustrato y los adornos. Una superficie de madera contrachapada o un mueble específico para acuarios son buenas opciones.
Preparación del Sustrato y Adición de Ornamentos
La base de cualquier acuario saludable es el sustrato. El sustrato no solo proporciona un lugar para que las plantas anclen sus raíces, sino que también juega un papel importante en el ciclo del nitrógeno mediante el alojamiento de bacterias beneficiosas. La grava fina o la arena de acuario son las opciones más comunes; elige la que mejor se adapte a las plantas que planeas mantener. Lava bien el sustrato antes de agregarlo al acuario para eliminar el polvo y los residuos.

La decoración del acuario es donde puedes expresar tu creatividad, pero es fundamental elegir adornos que sean seguros para los peces. Evita las rocas porosas o las decoraciones que puedan liberar productos químicos nocivos al agua. Rocas lisas, troncos tratados para acuarios y plantas artificiales de buena calidad son buenas opciones. Asegúrate de que no haya bordes afilados que puedan dañar a los peces.
La disposición de los adornos debe crear zonas de refugio para los peces, evitando que se sientan estresados. Considera agregar una cueva o un tronco grande donde puedan esconderse cuando se sientan amenazados. También, puedes crear diferentes niveles de profundidad añadiendo diferentes tipos de adornos en distintas alturas.
El Ciclo del Nitrógeno: El Corazón del Ecosistema
El ciclo del nitrógeno es un proceso biológico esencial para la supervivencia de los peces en un acuario. Este ciclo involucra la conversión de desechos tóxicos, como la amoníaco (producido por los peces y al descomponerse los restos de comida), en sustancias menos dañinas como nitritos y finalmente nitratos. Las bacterias beneficiosas que residen en el filtro y el sustrato son las encargadas de llevar a cabo esta transformación.

Para iniciar el ciclo del nitrógeno, necesitas «sembrar» el acuario con bacterias. Puedes hacerlo añadiendo una pequeña cantidad de grava de un acuario establecido o utilizando un producto comercial que contenga bacterias vivas. Durante el ciclo, los niveles de amoníaco y nitritos aumentarán y luego disminuirán a medida que las bacterias se establecen. Es imprescindible monitorizar estos niveles regularmente durante el proceso, utilizando un kit de pruebas de agua.
El control de los nitratos, el producto final del ciclo, se logra a través de cambios parciales de agua (normalmente un 25% de la capacidad del acuario cada semana o cada dos semanas). Además, las plantas acuáticas absorben nitratos, lo que contribuye a mantenerlos a niveles seguros para los peces.
Selección y Introducción de los Peces
Una vez que el ciclo del nitrógeno esté completo, es momento de introducir los peces al acuario. La elección de los peces debe basarse en su tamaño adulto, temperamento y necesidades específicas de agua. Investiga cada especie antes de comprarla para asegurarte de que sea compatible con las condiciones del acuario y con los demás peces. Los peces tropicais de aleta corta, como los guppys, neones y corydoras, son una buena elección para principiantes.

Es fundamental introducir los peces gradualmente para no sobrecargar el sistema de filtración. Unos pocos peces al principio y, si todo va bien, añadir más peces a lo largo del tiempo. Afloja el saco del transporte con los peces en el agua del acuario para igualar la temperatura antes de liberarlos. No añadas el agua del transporte al acuario, ya que puede contener bacterias y parásitos dañinos.
Evita sobrecargar el acuario con demasiados peces, ya que esto puede conducir a la acumulación de desechos y aumentar el riesgo de enfermedades. Como regla general, considera un máximo de 1 cm de pez adulto por litro de agua, teniendo en cuenta el volumen total del acuario.
Mantenimiento Regular: Cambios de Agua y Limpieza del Filtro
El mantenimiento regular es esencial para mantener un acuario saludable y un ecosistema equilibrado. Los cambios parciales de agua (25-30% del volumen del acuario) deben realizarse semanalmente o cada dos semanas. Utiliza un acondicionador de agua para eliminar el cloro y las cloraminas presentes en el agua del grifo, que son tóxicos para los peces.

La limpieza del filtro interno también es un aspecto crucial del mantenimiento regular. La frecuencia con la que debes limpiar el filtro depende del tamaño del acuario y la cantidad de peces que alberga. Normalmente, se recomienda limpiar los medios filtrantes cada 2-4 semanas. Nunca limpies los medios filtrantes con agua del grifo, ya que esto matará las bacterias beneficiosas. Utiliza agua del propio acuario para limpiar los medios filtrantes.
Además de los cambios de agua y la limpieza del filtro, es importante aspirar el sustrato para eliminar los desechos acumulados y evitar la proliferación de algas. Utiliza un aspirador de grava diseñado para acuarios para evitar dañar las raíces de las plantas.
Prevención y Tratamiento de Enfermedades
A pesar de todas las precauciones, los peces pueden enfermar. La prevención es fundamental: mantener la calidad del agua, proporcionar una dieta equilibrada y evitar el estrés. Observa a tus peces diariamente en busca de signos de enfermedad, como falta de apetito, letargo, manchas blancas, aletas deshilachadas o comportamientos anómalos.

Si detectas signos de enfermedad, aísla al pez enfermo en un acuario de cuarentena para evitar que contagie a los demás peces. Identifica la enfermedad con la ayuda de un veterinario especializado en peces o utilizando recursos online confiables. Utiliza medicamentos específicos para tratar la enfermedad según las indicaciones.
Recuerda que un acuario saludable es la mejor defensa contra las enfermedades. Mantén la calidad del agua, proporciona una dieta equilibrada y evita el estrés para mantener a tus peces felices y saludables.